En términos generales, existen unas medidas de rutina que aseguran la máxima eficiencia de la práctica de la poda:
· Afilar correctamente las tijeras podadoras y herramientas
· Desinfectar las herramientas al cambiar de planta, con hipoclorito de sodio al 10% o solución yodada al 5 ó 10% (Franco y Giraldo, 2000)
· Aplicar fungicidas protectantes al terminar la poda
· Realizar los cortes a ras del tallo para evitar nuevos rebrotes
· Cortar el tallo en forma de bisel para evitar la acumulación de agua en la superficie de corte y reducir el riesgo de pudrición del tejido
· Recolectar y quemar o enterrar el material vegetal lejos del lote para que no se convierta en focos de plagas y enfermedades
· Aplicar fertilizantes y riego después de las podas para compensar el estrés generado a la planta, o planear las podas en épocas de lluvia
Las podas deben ser bien planeadas y permanentes; es importante que las realice personal capacitado, de ello depende una buena producción. Esta labor no se debe realizar en épocas de verano para evitar los golpes de sol o cuarteamiento de la fruta