El análisis de suelo proporciona información sobre las características fisicoquímicas que inciden en la disponibilidad de nutrientes asimilables por la planta y el comportamiento de los fertilizantes. Las condiciones físicas del suelo, especialmente la textura, aportan información importante sobre aspectos relacionados con la movilidad del agua y la dinámica de los elementos fertilizantes. El análisis químico indica la riqueza en nutrientes del suelo y ofrece una aproximación sobre aquellos elementos que se encuentran en forma asimilable por la planta. En su conjunto, el análisis de suelo orienta sobre aquellas características que son desfavorables o limitantes para el cultivo y que es necesario corregir.
Por su parte, el análisis foliar es el método más adecuado para diagnosticar el estado nutritivo de la plantación y para evaluar la disponibilidad de reservas en la planta. El contenido de nutrientes en las hojas depende de factores tales como: la edad de la planta, el tipo y la posición de la hoja que se muestrea, la disponibilidad de nutrientes del suelo, la producción y el estado fitosanitario del cultivo.
Los datos analíticos del agua de riego también contribuyen a evaluar el aporte que ciertas sales minerales pueden hacer a la nutrición del suelo y de la planta o la presencia de iones tóxicos para la planta (Legan et al., 1995).